Tener un hijo adolescente es una tarea muy complicada, la verdad es que es bastante difícil, que digo difícil es una verdadera odisea. Las necesidades de un chico adolescente varían cada día que pasa, unos días quieren unas cosas, otros quieren otras y acabas volviéndote loca. La adolescencia está comprendida entre los doce y los dieciocho, demasiados años para cambiar cambios de humor, cambios físicos y hormonales, líos de chicas, con los amigos…todo son problemas…

Se de lo que hablo porque tengo uno en casa, y la verdad es que me está haciendo vieja antes de tiempo, cada día trae una historia distinta, cosa que me pone muy nerviosa, la de esta semana es que quiere una moto. Lo entiendo todos sus amigos ya ven motorizados, y el no va a ser menos, en lo que respecta a los estudios es un niño muy bueno y ha sacado muy buenas notas, es casi brillante si  o fuera por el casi. Así que creo que se lo  merece.

En principio íbamos a comprar una moto nueva pero hablando con amigos nos han aconsejado comprar una de segunda mano en pieza-scooter.com ya que nos aseguran que dan muy buen resultado y si tienen algún problema ellos mismo lo solucionan porque disponen de todas las piezas y recambios necesarios. La marca y el modelo nos dan un poco igual, a mi me gustaría que fuera una moto pequeña, para que no corra mucho, aunque de pasarle algo le pasará igual en una moto grande o en una pequeña. A mi es que esto me pone muy nerviosa, las motos me dan un poco de miedo, bueno miedo no, respeto. Pero es joven y sé que debo de ir con los tiempos que corren y en esta ocasión lo que toca es la moto, seguramente cuando cumpla dieciocho querrá sacarse el carnet de conducir y comprarse un coche, y no sé que me das más miedo o que será peor.

Los hijos se hacen mayores y tenemos que aceptarlo, la verdad es que nos da un poco de miedo porque es algo desconocido para nosotros, no sabemos cómo afrontar las dudas y las preguntas de nuestros hijos, los problemas que les atañen a ellos nos atañen a nosotros los padres y eso es mucha responsabilidad, ya que de la educación que les demos de adolescentes, saldrán los adultos del mañana. Buena suerte.